jueves, 19 de junio de 2008

Carpeta

CARPETA DE FUNCIONES
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Cuentos Narrados


Las cajas ciegas.

(Sergio Villar)


Como cualquier tarde gris, soledad se encontraba a la orilla de la ventana, sentada y abrazándose así misma, esa ventana no dejaba de llorar, era el reflejo de la misma soledad. El frió traspasaba los cristales, el suéter, la piel.
Soledad encontró a su pareja en brazos de otra persona. Esa tarde fue la mas fría, triste, desolada. Se sentía traicionada por la persona que mas quería.
Ella sentada en el mismo cuarto en que tantas veces habían contemplado y jurado amor, en el que el sexo lo tras portaban a nuevas dimensiones. Soledad ya no sabia que hacer el único refugio era el llorar pero sus ojos no podían más, la ropa, el cobertor, los cuadros en la pared, hacían más agudo el sentimiento de odio.
Tania entro al cuarto en llanto, vio a soledad, la intento abrazar, soledad solo le rechazo los brazos y su llanto era más fuerte. Tania le dijo que el hombre con el que me viste era jefe de un departamento oficial, y la única forma de conseguir el empleo era esa. No tuve opción solo lo hice. No pensé. Recuerda que a ti te amo y que eres todo mi universo.
Recuerdas lo que decíamos de las cajas, que todos nos trasladamos en cajas grandes, que vivimos en cajas enormes, cuando nos cambiamos lo colocamos en cajas, que cuando morimos nos depositan en cajas y que solo tu yo encajamos como cajas cerradas que la gente no ve.
Soledad indecisa la abrazo, ella conocía a Tania, y confiaba demasiado para perderla y con la misma frase ella respondió, tu y yo encajamos pero encajas que la gente no quiere ver.

2) Era por que era.

(Sergio Villar)
Tu piel, tu piel tiene cicatrices también,
La gente tiene formas diferentes, unos grandes otros pequeños, rojos, azules, negros, etc. por que sus ante pasados les han dejado huellas de lucha, trabajo y sabiduría. En un principios los hombres eran del mismo color, no había diferencias, todos compartían alimentos, casas, etc.
La tranquilidad y armonía era una de las normas de vida, las envidias, los celos, la codicia, y demás formas sociales destructivas eran prohibidas. Era una era única, una era donde el hombre era libre, de pensar y actuar, era la creación perfecta.

3) Era dos

(Sergio Villar)
Un día uno de los habitantes, tenia un trozo de carne grande el cual le había costado casi toda la mañana casarlo, el solo lo quería compartir con la compañera que le atendía y cocinaba, (aun no había matrimonios por eso era una era saludable) cuando su vecino se dio cuenta de que el tamaño de carne alcanzaba para todos el solo dio vuelta y hacia no entenderle, el empezó a platicar con la mujer de una manera rara, decía todas las palabras al revés, la mujer le entendía a la perfección todo, cuenta que esa era se crearon nuevas formas de comunicarse y de ser envidioso, también cuenta que por culpa de un pedazo de carne comenzó el matrimonio y la decadencia de una era perfecta.

4)La bicicleta

Sergio Villar


Fue un año de una conducta excelente, días de estudio y calificaciones perfectas, actividades domesticas, era el ejemplo de una niña modelo, luisa solo tenia nueve años.
Eran las seis de la mañana del día seis de enero del 1993, luisa bajo las escaleras corriendo, la sala era iluminada por el árbol, un pesebre que acobijaban un par de regalos envueltos con un papel alusivo a las princesas de waltdisney, pero lo que mas le llamaba la atención era la bicicleta rosa con canastilla calada en un color blanco, el mismo color de las cintas que dejaban caer del manubrio, las ruedas estaban recubiertas de unos rayos rosas, las ruedas traseras eran blancas con una línea morada, era la bicicleta que tanto había pedido, era el regalo por el cual había luchado todo un año. Al verla y tomarla no aguanto las ganas y grito
-papá, papá baja rápido papá.
Su padre tomo la bata y las pantuflas, al bajar las escaleras, la luz de la sala no era tan grande y calidad como la de los ojos de luisa. Luisa le pidió que le abriera la puerta y la acompañara a dar un paseo, su padre no pudo negarle esa petición, le tomo de la mano, cargo la bicicleta y le enseño los primeros pasos, esos pasos que eran más grandes que el trabajo que le había costado conseguir esa bicicleta.
Durante ese año Luisa aprendió a mover los pedales y poco a poco fue dejando los brazos de su papá, al cumplir los siete años arrojo las ruedas y encontró las palabras de su padre que le decían que solo hay que ver al frente y no tener miedo a caer.
Ese año fue en el que luisa pudo ocupar las manos, los pies y el equilibrio las ruedas ya solo eran un accesorio que había desprendido.
Al cumplir los 11 años ya no le gustaban las cintas se le hacían anticuadas y molestas. A si que con las tijeras de la cocina solamente las desprendió, ya no era necesario que su padre la cuidara ella podía manejar sin ningún problema su papa solo observaba de lejos. A los 12 años los rayos habían cambiado de color, los desprendió como una hoja de libreta, al cumplir los 12 años la canasta había sido enchuecada y solo le estorbaba con el manubrio al girar, no tardo en quitarla con las pinzas.
La bicicleta ya no era nada de lo que había sido en un principio, ella como la bicicleta habían cambiado, se habían desprendido de muchas cosas y de mucho tiempo, la bicicleta no tenia las ruedas, las tiras de plástico blancas, la canastilla calada, ni los rayos. Ella no era la misma niña
Ahora esa bicicleta no tiene los brazos de su papá, ni los ojos que la vigilaban, ni mucho menos la voz que le decía: solo hay que ver al frente y no tener miedo a caer. No por la edad si no que solamente esa bicicleta y esa niña, no tiene un padre…